Las Buscadoras del Sur

20 de mayo de 2023


"Mi picoleta es como parte de mi alma". Paola Macedo

 Texto e imágenes: Axel Hernández y Paola Macedo


Desde su primera búsqueda, hace diez meses, Jael Jacobo Lugo decidió portar algo que la caracterizase, entonces se dijo a sí misma “¡Ya sé! Voy a usar una herramienta.” Al llegar a la tienda, le dijeron que esa picoleta era la última disponible pues habían dejado de fabricar ese modelo, con rastrillo en una punta y pico en la otra. “Y pues así fue porque no volví a encontrar otra” asegura, y mientras señala el mango de madera con un rostro a medio borrar, continúa narrando “Le pegué la foto de mi hermano y siempre le digo ¡Ponte cabrón! Ponte cabrón porque tienes que encontrar a alguien o tienes que decirme en dónde estás. Esta picoleta ha tenido la dicha de encontrar muchos corazones y regresarlos a casita.” Golpe a golpe, la punta picuda rompe la dureza del suelo y su contraparte dentada arrastra  piedras y tierra suelta, revelando restos de zapatos y trozos de tela que Jael, arrodillada en la maleza, examina en busca de indicios mientras cuenta que la picoleta es muy terca porque cuando se decide a buscar en un lugar se aferra hasta encontrar algo o asegurarse de que no hay nada.

Jael en busca de indicios sobre montañas de basura calcinada. Axel Hernández

Cuando Pablo Shezaman Capistrán Lugo desapareció tenía 27 años, laboraba como staff de sonido e iluminación en el municipio morelense de Zacatepec. Fue el 12 de marzo, hace poco más de un año, que se lo llevaron cuando circulaba en su motocicleta a las faldas del cerro de la tortuga, en los límites con Tlaltizapan; pasaba de la media noche, había salido de trabajar y se dirigía a su casa, desde entonces, su familia lo busca. Dos meses bastaron para que su familia perdiera confianza en la fiscalía pues toda la información y pruebas que tenían sobre la desaparición de Pablo la obtuvieron por su cuenta. Jael, su hermana, contactó por redes sociales al colectivo del que ahora forma parte y conoció a Tranquilina Hernández, madre de Mireya Montiel Hernández a quien busca incansablemente desde 2014 y juntas convocaron a una marcha el pasado 26 de junio, en Cuernavaca por Pablo y por todas las personas desaparecidas en Morelos que en esa fecha eran  1,376 desde enero del año 2000, casi un año después, ya son más de 1,700. Desde esa marcha, Jael dejó de buscar sola.

Las autoridades no buscan, solo observan, a veces ni eso. Axel Hernández

Tranquilina, ha buscado a su hija por casi nueve años, desde que salió de su casa acompañada del que entonces era su novio, quien a pesar de ser el principal sospechoso de su desaparición permanece libre y asegura no saber qué sucedió con Mireya.’Lina’ formó parte del grupo de madres que develaron el horror que las autoridades ocultaban en las fosas irregulares de Tetelcingo, de la que  fueron exhumados 117 cuerpos en 2016, y Jojutla, donde se han encontrado al menos 200 personas enterradas ilegalmente. Desde la Unión de Familias Resilientes brinda apoyo a mujeres morelenses que buscan a sus seres queridos, compartiendo su amplia experiencia de cómo deben combatir la negligencia de las autoridades; así lo hizo con Jael.

Lina y Jael leyendo el terreno y los mapas para localizar los puntos de interés. Axel Hernández

Ahora, ambas buscan en el sur del estado de Morelos, en la zona más peligrosa y con mayor presencia del crimen organizado pues su colindancia con Guerrero y Puebla la vuelven estratégica para estos grupos, a pesar del riesgo que implica buscar aquí, ellas persisten y logran acceder a donde las autoridades no han podido. Esa perseverancia les ha traído amenazas directas y agresiones a balazos durante sus incursiones en campo; intentos fallidos por evitar que busquen en lugares como el tiradero Rancho Coronel, en el municipio de Tlaltizapán, al que acudieron el pasado 3 y 4 de mayo a rastrear fosas clandestinas entre la basura quemada y enormes pozos con animales muertos. La búsqueda arrojó muchos indicios pero concluyó sin hallazgos pues las condiciones del lugar imposibilitaron realizar una búsqueda efectiva que deberá ser realizada posteriormente con el equipo necesario y el apoyo de expertos en antropología que puedan identificar los cientos de fragmentos óseos calcinados que hay en toda el área.

Un sitio enorme que debe inspeccionarse exhaustivamente en busca de fragmentos de huesos. Paola Macedo

El fuego hizo imposible la identificación visual de los restos óseos. Paola Macedo

Aún a 40 grados bajo el sol continúan buscando. Axel Hernández

Otro hallazgo fue el contenido completo y de una bolsa de mano. Paola Macedo

Un sitio enorme que debe inspeccionarse exhaustivamente en busca de fragmentos de huesos. Paola Macedo

Video realizado por Axel Hernández y Paola Macedo